jueves, 25 de marzo de 2021

Pintura Punzó en el Museo Pampeano de Chascomús 2019






TEXTO CURATORIAL DE SALA EN EL MUSEO PAMPEANO DE CHASCOMÚS
(impreso en papel de diario por el periódico local El Fuerte)

Duerme y no despiertes nunca,
Chascomús infortunado,
Si no quieres ver proscritos
Tus mejores ciudadanos,
Ni ultrajadas tus mujeres,
Ni tus hogares saqueados,
Ni tu laguna teñida
Con noble sangre de hermanos
 Esteban Echeverría

Hoy nos vestimos a la federala no para continuar el análisis de la Pintura Punzó, sino para celebrarla en esta exhibición.

No ahondaremos en el desarrollo del estilo pictórico.

Solo nos basta agregar una cuestión: el rojo Punzó fue posible gracias a la sangre de miles de vacas decimonónicas. 
Para obtener el pigmento necesario sumerja el textil en el sangriento recipiente y enjuague
Hay que encontrar el origen de la Pintura Punzó en la Pampa argentina, en su solitaria extensión y en sus carnívoros habitantes. 
.
Mueran los asquerosos, salvajes e inmundos...
El pintor de la Pintura Punzó todavía mantiene un contacto con el pueblo, expresa su problema ¿Cómo lo expresa?
Poniendo en suspenso la solución, señala el nexo coordinante, la y que está entre civilización y barbarie.
Pepita querida/ yo soy de opinión/ que el moño se ponga/ sobre el corazón
La batalla de Chascomús ocurrió el 7 de noviembre en 1839, hace exactamente 180 años.
Los insurrectos del Sur fueron aplastados por las fuerzas federales a orillas de la laguna.
Pensaban que el Coronel Granada se acercaba a unírseles, pero tal cosa no sucedió.
Los insurrectos lo esperaban a los gritos de “ Vivan los libres”; “Viva Granada”. La respuesta del Coronel: una lluvia de balas. 
Unidos o dominados
El Museo Pampeano fue fundado en 1939 conmemorando el centenario de la Batalla.
La sala “Libres del Sur” se montó para rendir homenaje a los caídos.
Ahora, también, se ensamblan al patrimonio las obras del Manuel Pérez del Cerro.
Sus pinturas y dibujos fusionan la alta costura europea (a partir del retrato de Manuelita Rosas por Prilidiano Pueyrredón) y la crudeza de la faena en el matadero argentino.
La sala está en orden
En la primera visita que hicimos al Museo nos contaron de las manifestaciones.
En 1989 y en 1999 una fisura se abrió en el centro la sala.
Sin necesidad ni razón aparente, las baldosas se salieron de su lugar.
No hubo movimientos de tierra ni entrada de agua que podrían haberla producido.
Luego, ante el asombro de los trabajadores del Museo por los episodios, el cura Roberto Barco fue a bendecir la sala.
El clérigo recomendó que para pacificar las fuerzas se debían reunir los objetos históricos de ambas facciones.
¿Qué más pedirle a un Museo que ya expresa el síntoma en su propia arquitectura? 
Hoy, 7 de noviembre de 2019, a 180 años de la batalla de Chascomús, invocamos a los espíritus belicosos del siglo XIX.
Como médium, ya que no hay cura, tenemos al pintor Manuel Pérez del Cerro, el exponente local de la Pintura Punzó.
La serie fue trabajada en Buenos Aires años antes, las fechas son inciertas.
Parte de la obra fue expuesta en galerías, otra pertenece a colecciones privadas de excéntricos coleccionistas.
Sin embargo, estas obras insisten en circular.
De algún modo vuelven a Chascomús y a su Museo, aunque nunca hayan estado aquí. 
Nahuel Risso



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario